Équateur : au moins 24 morts et 12 disparus dans les inondations à Quito (Le Monde avec AFP / Opinión de Inty Gronneberg – El Vistazo)


Des pluies torrentielles, les plus fortes en vingt ans, se sont abattues sur Quito, la capitale de l’Équateur, faisant au moins 24 morts, des dizaines de blessés et 12 disparus, selon le dernier bilan provisoire des autorités, mardi 1er février. L’ampleur des destructions à Quito, ville de 2,7 millions d’habitants, est sans équivalent. Les autorités ont décrété un deuil de trois jours.

Des associations écologiques et citoyennes locales mettent en avant les responsabilités des autorités dans l’ampleur de la catastrophe. (voir l’article en espagnol en bas de page).

Vue de Quito après une coulée de boue, le 1er février 2022. Jonatan Rosas / REUTERS

Les précipitations qui sont tombées lundi pendant dix-sept heures sans discontinuer ont fait déborder un bassin de rétention, provoquant un torrent d’eau qui a dévalé une avenue sur plus d’un kilomètre, dans le nord-ouest de la capitale. Le bassin, d’une capacité de 4 500 mètres cubes, s’est rompu après avoir reçu près de quatre fois le débit habituel, a précisé le maire.

Des torrents d’eau charriant des pierres et de la boue ont alors emporté des voitures et inondé des maisons et des rues, selon des images diffusées par les secours et les médias. Plusieurs bâtiments ont été endommagés, dont un poste de police et une station d’électricité. Le torrent de boue, qui a pris naissance sur les pentes du volcan Pichincha, a également frappé de plein fouet un terrain de sport sur lequel s’entraînaient des amateurs devant du public installé sur des gradins. (…)

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Opinión : No mires hacia arriba porque viene el aluvión
(Inty Gronneberg / El Vistazo)

En español : un análisis que enfoca las responsabilidades de las autoridades en esta catástrofe

Hace pocas semanas, la película llamada “Don’t Look Up” (No Mires Hacia Arriba), ponía en el debate público internacional y local la cruda realidad de nuestros tiempos modernos: a pesar de la gran cantidad de avances en la ciencia e investigación, generando información basada en evidencia sobre varios problemas que aquejan a la humanidad, como el Cambio Climático, los tomadores de decisiones siguen haciendo caso omiso a dichos datos, muchas veces preocupados del inmediatismo y su popularidad. El planificar no da votos, según la visión política cortoplacista de estos tiempos.

Photo : Medio comunitario Wambra

En ciudades como Quito, la ficción de esta película es una triste realidad. Quienes viven en la capital se han acostumbrado a mirar hacia arriba y ver cómo poco a poco va desapareciendo el bosque protector de las laderas del Pichincha, y en lugar de la naturaleza se van generando asentamientos o proyectos de cualquier tipo.

Sobre las consecuencias de esa destrucción, los académicos también han mirado hacia arriba y han generado información durante varias décadas que debió ser usada de forma eficiente para evitar catástrofes como lo sucedido en el barrio La Gasca de la capital el día de ayer, que hasta la escritura de este artículo deja un saldo de 22 fallecidos. El mapa de riesgos de Quito, por ejemplo, señala al barrio de la tragedia desde hace 40 años. Uno de los principales factores fue el haber rellenado las quebradas aledañas al sector, que eran el drenaje natural de las laderas de esa parte del Pichincha.

El problema no queda ahí. La deforestación de las laderas, así como el cambio de su cobertura natural por monocultivos, o especies como el eucalipto, reducen la capacidad del suelo de tener una suerte de capa de protección con vegetación de especies nativas, lo que está reduciendo gravemente la capacidad originaria de las laderas de reducir deslaves hacia los barrios de la ciudad. (…)

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